En los últimos 30 años, el 90% de los bosques de la Región Oriental, unas 10 millones de hectáreas, han sido tumbados con total impunidad en uno de los procesos de deforestación más rápidos y graves del mundo. Aún hoy no puede medirse el alcance de los efectos contraproducentes para nuestro ecosistema y para los habitantes del país, así como tampoco puede tenerse una idea de los enormes beneficios económicos generados para unos pocos que acabaron con tanta fuente de vida, básicamente, a cambio de vender maderas o extender la producción agropecuaria.
(Documento suscripto por las Fundaciones Moisés Bertoni, Guyrá Paraguay, DesDelChaco, ProCosara, IDEA, Paraguay Land Trust y WWF)
Al Sr. Presidente de la República del Paraguay,
Su Excelencia, Sr. Nicanor Duarte Frutos
30 de marzo del 2006
¿POR QUÉ HAY REPARO PARA CUMPLIR LA LEY?
El conflicto desatado esta semana entre representantes de organismos gubernamentales del Paraguay y empresarios madereros, demuestra una vez más cuán resistidos pueden ser los intentos de cambio cuando atentan contra intereses de grupos de poder. La Secretaría del Ambiente y el Ministerio Público no tienen otra función que velar por los intereses ambientales del país, en representación de sus habitantes, y sin embargo, cuando intentan aplicar las normas para sus fines, encuentran a un sector que pretende perpetuar un funcionamiento que mucho daño ha hecho al medio ambiente del Paraguay.
En los últimos 30 años, el 90% de los bosques de la Región Oriental, unas 10 millones de hectáreas, han sido tumbados con total impunidad en uno de los procesos de deforestación más rápidos y graves del mundo. Aún hoy no pueden medirse el alcance de los efectos contraproducentes para nuestro ecosistema y para los habitantes del país, así como tampoco puede tenerse una idea de los enormes beneficios económicos generados para unos pocos que acabaron con tanta fuente de vida, básicamente, a cambio de vender maderas o extender la producción agropecuaria.
Los discursos a favor del medio ambiente se han alzado mientras los bosques han caído, los apelativos a favor de cambiar la situación han estado a la orden del día, sin que llegue el día que se altere el orden que debía ser cambiado. Pero ningún sistema se suicida. Hay que cambiarlo desde afuera mediante acciones.
En un gran operativo en distintos puntos del país, la SEAM y fiscales ambientales han realizado procedimientos entre el 9 y el 12 de marzo. Detuvieron camiones que trasladaban rollos y madera procesada sin guía y con documentaciones irregulares, realizaron cortes de ruta, patrullajes, allanamientos y arrestos en establecimientos dedicados a la explotación de la madera en forma ilegal, amparados por las leyes 422 “Forestal” y 716 de “Delitos contra el Medio Ambiente”.
El sector maderero reaccionó con declaraciones y medidas de fuerza, como la ocupación de media calzada de la ruta 3 "Gral. Aquino", y la advertencia que movilizarían “10.000 personas”. Eso indicó Marcelo Pettit, titular de la Federación de Madereros del Interior[1]. Todas reacciones coyunturales ante la acción de los organismos gubernamentales.
El Sr. Pettit utiliza la estrategia de levantar una bandera social ante la amenaza a un fin particular: "Es un atropello al trabajador”; "estamos paralizados por culpa de los fiscales y nuestros compromisos con el mercado internacional están siendo afectados"[2].
El peligro alegado por los madereros es el atentado contra “aquellos que trabajan”, poniendo en riesgo la producción del país, como si el deterioro ambiental que afecta a toda la nación generara beneficios económicos en compensación. Olvidan que otra verdad demostrada por la historia es que los países con recursos naturales arrollados terminan siendo los más subdesarrollados.
Otras voces escuchadas del lado de los madereros afirman que no son ellos los que ocasionan las mayores deforestaciones, como sí lo hacen los agricultores, ganaderos, u ciertos grupos de acción ilegal. Sin embargo, metida en la telaraña de palabras vertidas entre los sectores en conflicto, está una declaración, sin duda con conocimiento de causa, y que brinda un buen diagnóstico: Juan Carlos Altieri, titular de la Federación Paraguaya de Madereros (Fepama), afirmó que de las 11 millones de hectáreas deforestadas en los últimos 30 años en el Paraguay, sólo el 10% correspondería al sector maderero[3].
Aparentemente para Altieri, un millón de hectáreas deforestadas no debería llamar la atención de las autoridades ambientales.
Otro detalle que tampoco se puede dejar de lado, y que poco se conoce, es que a partir de los años 90, cuando las ocupaciones de tierra por parte de organizaciones campesinas se desataron en el Paraguay, varios grupos de poder financiaron la extracción masiva de maderas de las tierras ocupadas, pagando miserias por ellas, para luego venderlas al mercado internacional por precios varias veces mayores. Más allá de que éstas actividades se encontraban al margen de la ley, tampoco aquí la deforestación tuvo una repercusión social: Ni un solo grupo campesino ha salido de la pobreza mientras que el negocio rindió millones para estos grupos de poder.
Nadie puede asegurar que las acciones de la SEAM y la fiscalía sean inmunes a errores y hasta abusos, pues no escapan a las posibilidades si se tienen en cuenta la dimensión de los despliegues realizados. En todo caso, son problemas de forma, pues el fondo de la cuestión es el cuidado ambiental, y la única herramienta válida es la ley. Lo que ya no se puede permitir de ninguna manera es excusar la devastación ambiental de un país detrás de la idea de la compensación económica. Es bien sabido que los únicos que se enriquecen son los que comandan o protegen estas organizaciones, sean legales o ilegales, y los perjuicios corren por cuenta de todos. Los madereros, si en verdad quieren “que se les deje trabajar”, deben ser los primeros en abrir las puertas a las investigaciones y tratar de ajustarse a la ley. La idea de ser responsables del 10% de la deforestación, de por sí debería obligarles. Y de hecho, muchos lo hacen, apoyando incluso las acciones de la SEAM, como la Asociación de Madereros de Caaguazú.
El mundo seguirá girando, con sus verdades, mentiras y otras contradicciones humanas. Pero para que siga siendo habitable por los seres humanos, convendría repasar un párrafo del resumen de lo tratado en la Conferencia Científica parte de la III Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, realizada en Salvador, Brasil, en 1993:
La aspiración al desarrollo sostenible surge como una apuesta por la conciliación entre la ecología y la economía, como una apuesta por la sobrevivencia tanto del hábitat como del habitante. Los recursos naturales continuarán siendo consumidos, pues de eso depende el proceso de desarrollo. Pero la gestión de la naturaleza se hará de tal manera que preservará su capacidad de regeneración, en el tiempo y extensión apropiados, para garantizar el mismo capital ecológico de hoy en favor de su uso por las generaciones del mañana.
ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES A TENER EN CUENTA
Quisiéramos acotar algunos puntos importantes que pueden ayudar a resolver este estado confuso de situaciones irracionales:
1) Las organizaciones ambientalistas, iniciamos ya desde finales de la década de 1990 (casi 20 años atrás) una extensa campaña alertando ante la rápida desaparición de los bosques y llamando a la acción conjunta para poder mantener una masa boscosa en buen estado de conservación y que mantenga su capacidad productiva forestal. Para ello abocamos en varias oportunidades los sistemas reconocidos de “Desarrollo Forestal Sustentable”, con el cual perfectamente se podría mantener bosques productivos activos, y con su consecuente impacto social positivo de generación de empleo y desarrollo social integral (verdadero).
2) No obstante los industriales madereros del país nunca se interesaron por un esquema productivo y comercial que sea verdaderamente sustentable, y que se mantenga a perpetuidad. Esto lo demostraron las continuas intervenciones conjuntas realizadas por la SEAM y por el Ministerio Público.
3) Varias experiencias pasaron por este país demostrando la posibilidad de poder implementar un esquema de uso sustentable del recurso forestal, como “Yaguareté Forest” y “FORCERPA”, este último desarrollando un esquema sustentable a muy largo plazo con un aporte notable en beneficios sociales y económicos a largo Plazo.
4) Nuestra propuesta fue propositiva desde hace tiempo, tratando de conducir y llamar la atención de la sociedad en general para justamente apuntar a esquemas sustentables de desarrollo, incluido el desarrollo forestal perfectamente factible aún ahora pero que ya requiere de un tiempo de espera considerable a causa de los impactos negativos de la actividad forestal insostenible e informal de los madereros del país.
5) La propuesta de ley presentada por los madereros apuntó solamente a mantener el esquema de informalidad total de la actividad forestal, al punto de incluir terminología inapropiada (como “Rollo”), una carencia total de criterios técnicos sin la mínima participación del sector académico (la carrera de ingeniería forestal), y sin ningún concepto de sustentabilidad del recurso.
6) En agosto del 2005 se creó una iniciativa promovida por la Vice Presidencia de la República y Las Naciones Unidas, denominada PACTO SOCIAL FORESTAL. El mismo fue firmado en el Departamento de Itapua por el Usted, Señor Presidente, y avaló con su firma. El objetivo principal de este Pacto es propiciar un diálogo multisectorial de ¿cómo queremos los Paraguayos se utilicen sustentablemente los bosques? Los madereros fueron los primeros en ser invitados y; sin embargo, con su ausencia a la mesa de diálogo, no mostraron el mínimo interés a este proyecto país.
Existe una contradicción notoria en la postura asentada por los madereros, ante el cual denuncian la ineficacia de la conocida “Ley de deforestación Cero”, acotando que “en San Pedro se deforestaron más de 30.000 hectáreas desde su aplicación” sin aportar los detalles técnicos que validen tal afirmación. Por ejemplo, ¿Qué porcentaje de esas hectáreas comprendían los planes de uso de la tierra ya aprobados ante de la vigencia de la ley?¿Qué porcentaje de dicha deforestación fue aprovechada comercialmente?¿Dónde se procesaron esas maderas, en Brasil o en Paraguay? ¿Cuál era la tasa de deforestación anterior a la vigencia de la Ley? Las intervenciones de la fiscalía y de la SEAM demostraron la presencia de una informalidad total en esta actividad. Troncos de madera sin guías, aserraderos no habilitados con madera no procesada demuestran que los mismos madereros son los beneficiados con las supuestas 30.000 hectáreas deforestadas que están tratando de denunciar. ¿Acaso es eso lo que debemos entender?
Entonces solamente nos queda por concluir que los madereros en realidad no sólo buscan destituir al Ministro Molinas y los fiscales que sólo hicieron su trabajo, sino pretenden mantener esquemas inadecuados de la actividad forestal. Tal informalidad de la actividad forestal, ante la situación de desaparición de los últimos fragmentos de bosque del Paraguay, sólo ocasionará un modelo de “acceso libre al recurso”. Esto se interpreta como un “sálvense quién pueda” y una carrera insostenible para comercializar a cómo diera lugar los últimos pedazos de bosques del país.
Con el debido respeto, Señor Presidente, esperamos Usted comprenda la insostenibilidad de los recursos en la que se basa la economía del Paraguay y cuando tome sus decisiones, piense en todos los que habitamos este bello país y no sólo el beneficio de unos pocos.
LAS CIFRAS CIENTÍFICAS CONFIRMADAS Y QUE FISCALIZARON EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY
La deforestación en el Departamento San Pedro entre diciembre del 2004 y diciembre del 2005. La metodología utilizada para la detección de nuevas deforestaciones, de manera mensual y quincenal, como se mencionara en el informe anterior, tiene como base la obtención de imágenes satelitales de uso público, provenientes de los sensores MODIS (E.E.U.U) y CBERS (Brasil – China). Las mencionadas imágenes corresponden a “vistas previas” (imágenes de baja resolución) disponibles en forma libre en sitios de Internet específicamente creados para su distribución. Las fuentes utilizadas para la obtención de copias de distribución para todo público de estas imágenes son las siguientes:
MODIS : http://rapidfire.sci.gsfc.nasa.gov/realtime
CBERS: http://www.obt.inpe.br/catalogo/
Las imágenes obtenidas fueron georeferenciadas en el sistema de coordenadas UTM (utilizado en el Paraguay), para su posterior comparación visual, delimitación y digitalización por parte del equipo técnico, de los cambios producidos en la masa boscosa debido a la deforestación. En este punto se vuelve a verificar en forma individual cada elemento digitalizado, comparando el sector visualizado como deforestación en la imagen proveniente del Sensor MODIS, con el mismo sector en las imágenes en la imagen proveniente del Sensor CBERS. Cada elemento digitalizado es analizado en cuanto a la superficie ocupada y el periodo de tiempo a que corresponde y agregado a una base de datos georeferenciada (Sistema de Información Geográfica). Esta base de datos es utilizada posteriormente para la elaboración de los mapas temáticos y las tablas de cuantificación de superficie deforestada.
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