Todas las mañanas y cada vez que salgo a la calle, tomo la cámara fotográfica digital y la pongo en el bolsillo. Algo me llama la atención: click (en realidad el disparador es silencioso). Quiero exponer aquí mi preocupación por los ciclistas. Todos los días crece el número de gente que pedalea y por lo que capto, son fundamentalmente estudiantes, mandaderos, albañiles, jardineros y otros profesionales independientes que llevan sus herramientas en el portabulto y desafían el caótico tránsito, sobre todo en los barrios periféricos asuncenos. Es preciso establecer normas que tal vez definan su andarivel y que los obliguen al uso de señales para hacerlos más visibles, por el bien de todos.
No hay normas y las autoridades pertinentes no expiden licencias de conducir bicicletas. Por otro lado el hecho de tener un biciclo, no implica que el poseedor conozca normas de tránsito y así, el panorama se presenta crítico sobre todo para los ciclistas que son la parte más débil del tránsito.
Unos van de contramano porque entienden que de ese modo ven "al enemigo" y circulan pegados a la vereda de modo a tener una rápida escapatoria. El problema que enfrentan es que aparecen por donde muy pocos los esperan y sobre todo si el tránsito está pesado, corren riesgos enormes.
Otros son más prudentes y circulan por las veredas. Claro, las veces que pueden porque hay tramos en donde las aceras son intransitables. Otros van a favor del tránsito pero su ubicación a la derecha o a la izquierda no está definida y este es el punto sobre el que habría que tomar decisiones y plantearlas como una regla bien clara.
Cada medio tiene derecho a un espacio en la vía pública y las bicicletas son parte del sistema de movilidad de los paraguayos. La incorporación del mecanismo de velocidades y fuerza que permite combinar los piñones para hacer el viaje más veloz o menos esforzado según las circunstancias, hizo sostenible el andar en bicicleta, aún para personas de la tercera edad en una ciudad con subidas y bajadas como es la nuestra y no vamos a hablar de la economía de la bicicleta porque es un asunto demasiado obvio.
Sin embargo, porque es necesario ordenar el tránsito, porque es preciso respetar a los ciclistas, darles su lugar y porque resulta fundamental compartir democrática, segura y ordenadamente la vía pública, las municipalidades del área metropolitana, deben introducir normas claras sobre andariveles ciclísticos en las calles, el tipo de señalización que obligatoriamente deben llevar las bicicletas y/o los ciclistas para ser más visibles por los demás conductores.
No se puede esperar más.
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