Etanol y biodiesel: Dejamos pasar el tiempo y perdemos oportunidades de generar riquezas

La agroenergía no es el futuro. Es el presente. Brasil acaba de firmar un compromiso con Francia par desarrollar la producción de etanol y biodiesel a fin de hacer frente a la escalada del precio del petróleo que tiene que ver con el proceso de agotamiento en los próximos 40 años, de las reservas conocidas hasta ahora. A pesar de tener condiciones para la producción de oleaginosas con vistas al biodiesel y espacio para la producción de alcohol a partir de una diversidad de fuentes vegetales, no se está pensando ni actuando estratégicamente en el Paraguay cuando deberíamos tomar rumbos definidos en ambos frentes y aprovechar las coyunturas que ya se presentan.

Nos quejamos cotidianamente de que sube el gas, se encarecen los combustibles y tenemos una visión catastrófica ahí donde justamente se abren oportunidades que no estamos sabiendo aprovechar porque no hay visión estratégica en los estamentos gubernamentales donde debería planearse, cómo sacar partido de lo que se viene.
Con los más pobres rendimientos de cañaverales por el atraso en que está sumido el sector, los esfuerzos que se realizan para modernizar la cañicultura paraguaya no son suficientes como tampoco los esfuerzos por concretar alianzas así como lo hace Brasil para emprender negocios importantes que no sólo irán a paliar el problema del encarecimiento de petroleo sino que el a generar rentas y fuentes de empleo capaces de torcer el rumbo deprimente que adquiere la desocupación.
Brasil y Francia anunciaron una iniciativa para promover la producción de combustibles alternativos en países pobres que dependen del petróleo, cuyo precio es cada vez más elevado.
Según el mandatario brasileño, la intención es aprovechar la experiencia en la producción de etanol (combustible derivado de la caña de azúcar) y biodiesel (diesel mezclado con aceites de origen vegetal) para que otros países puedan beneficiarse. El proyecto beneficiaría a países pobres, principalmente de Centroamérica y Africa, que dependen de la importación de petróleo y enfrentan dificultades ante la escalada de los precios internacionales del crudo.
Pero sobre todo beneficiará la atmósfera por cuanto que la combustión de biocombustibles reduce la contaminación y los cañaverales por su parte, atrapan carbono.
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