martes, abril 04, 2006

Maestra Coraje: Enseña 7 grados en una escuela del Chaco que también dirige

Heroína. Cuando hace cinco años se presentó a la Escuela San Pablo Miki en un recóndito lugar del Chaco paraguayo que ni figura en el mapa, se encontró sola. Era la única maestra frente a 25 niños de distintos grados de formación. La realidad le lanzaba al rostro un gigantesco reto. Tuvo que organizar a tres grados por la mañana y cuatro por la tarde para enseñar a chicos de preescolar hasta el sexto grado porque decidió no abandonarlos a su suerte y afrontó el desafío de ser unidocente de siete grados en una escuela de la que además, es directora. Se llama María Estela Avalos.

Las piernas le temblaron a veces ante tamaño compromiso. Los nervios la traicionaron pero como las ramas del algarrobo chaqueño que se sacuden ante el viento pero no se rompen, cumple cinco años llevando a cuestas su incomparable misión. No duda ni un instante para definir con una palabra su obra de todos los días: Coraje.
“Si usted se imagina el llanto que he derramado en los primeros tiempos...” nos dice como recordando esos momentos difíciles “porque no era esto lo que yo aprendí en formación docente. Era un desafío demasiado grande que me desbordaba pero no podía dejar abandonados a esos chicos porque la educación escolar es fundamental”.

Manos a la obra
No tuvo más remedio que organizar a tres grados a la mañana –los que más atención y seguimiento necesitan- y los cuatro restantes por la tarde. En ambos casos, todos los alumnos en una misma aula. Le preguntamos si tiene el respaldo de la directora y para nuestro asombro, responde que ella también dirige la escuela.
No tiene ocho rubros para igual número de responsabilidades. Se conforma con dos rubros que le cubren su labor matutina y vespertina. En el Chaco como en otras zonas del país, hay maestros que enseñan gracias al plato de comida que le acercan los padres de sus alumnos.
A María Estela, hace unos días le tocó hablar en el acto de lanzamiento del libro “Mi Patria, el Chaco” elaborado por maestras de ocho escuelas chaqueñas –ella se hizo de tiempo para escribir textos- que necesitaban materiales para fomentar la comprensión lectora de sus alumnos, con relatos, historias, cuentos que reflejaran la realidad de ese vasto territorio.
No obtenían los resultados esperados con textos que hablaban de los jardines babilónicos y de realidades exóticas hasta que la iniciativa de producir sus propios materiales didácticos impulsada por la profesora Mirtha Flores de López de la Fundación “La Casa del Maestro” y de Anton Neufeld del proyecto “Japay”, despertó en esos maestros el interés en producir un libro que para ellos es el primero de la serie. No hay financiamiento para más que un libro pero ellos están dispuestos a producir por lo menos otros tres más para promover de un modo mejor el aprendizaje de los niños del Chaco.
Sobre el libro “Mi Patria, el Chaco”, dice que la Reforma Educativa se define como un proceso permanente, participativo y abierto que compromete a todas las esferas de la educación y el libro, lleva a la práctica ese proceso para aumentar la calidad y la equidad en la educación. “Es un material que va a facilitar la práctica educativa y que Dios bendiga a los que hicieron posible la edición, la profesora Mirtha y a Anton”.
En la comunidad donde enseña, viven alrededor de veinte familias que hoy tienen 22 niños distribuidos en los siete grados que María Estela enseña. Son familias dedicadas a la producción láctea fundamentalmente que han sido el amparo y reparo de la docente que ha enfrentado muchas horas de incomprensión y soledad.
Pero el desgaste que el sobreesfuerzo le significa, tiene la compensación anímica cuya fuente radica en el aprendizaje de sus alumnos. “Varios chicos ya terminaron el sexto” dice al tiempo que reconoce que termina agotada el día pero ve el fruto de su esfuerzo y cada logro de sus alumnos se convierte en energía que la renueva y la impulsa.
“Me es difícil explicar como hago porque si uno no vivencia, es difícil explicar pero le agradezco a Dios que me haya dado la fuerza para proseguir día a día. Debo agradecer también el apoyo de los padres de los alumnos y de San Pablo Miki”.
Acerca de los resultados académicos confirma que los resultados son una retroalimentación a su esfuerzo. “Me siento muy profesional en mi área y los chicos están respondiendo”.

Un sueño
Le preguntamos a la profesora María Estela Avalos si tiene algún sueño que desearía hacer realidad y lanza una risa amplia y nos dice “ojalá alguna vez pueda ser maestra de grado. Dios quiera que cambien las cosas y que se cumpla ese sueño mio”.
Y María Estela debe irse porque sus colegas la llaman. Es directora de una escuela donde enseña siete grados por día. Tuvo tiempo de escribir textos para el Libro “Mi Patria, el Chaco” e integra el coro de docentes que está a punto de actuar.

(Esta nota la hicimos en una de las dependencias de la Radio Pai Pukú, Chaco paraguayo, a unos 400 kilómetros al oeste de Asunción).

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3 comentarios:

  1. Éstas son las personas que hacen grande este mundo. Olvidémonos de los monumentos, de los próceres y de las grandes epopeyas: el tesón y la determinación de personas anónimas es lo que convierten al ser humano en algo digno de ocupar un lugar en la inmensidad del cosmos.
    Maria Estela es un ejemplo para todos.

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  2. El "fenómeno blog" tiene el valor de tomar estos ejemplos perdidos, buenos ejemplos lamentablemente perdidos y hacerlos encontrar para un público global. Puedo estar en Singapur y sentirme bien por la existencia de seres humanos como Maria Estela.

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  3. Sería bueno saber cómo anda esa heroína. La sociedad debe ocuparse de personas como ella, cuidar los valores humanos de ese tipo. Mujer extraordinaria. Queremos leer más de ella. Ocupense por favor.

    Fátima

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