El costo de decir, hacer en base a lo que se dijo y desdecirse
porque lo que se dijo no era cierto. Un video pedagógico.
porque lo que se dijo no era cierto. Un video pedagógico.
La oficina de prensa del Palacio anunció hoy que se estaba elaborando el decreto rectificador en torno al curioso caso del coronel descoronelizado luego de contrabandear cigarrillos a la Argentina y recoronelizado hace unos días gracias a una polémica dispensa del Presidente Fernando Lugo.
Rectificar rumbos es sabio y Lugo será reconocido por ello pero hacerlo requiere de arte para no encararlo burdamente. Hay formas de plantearlo de un modo que antes que una derrota quede como un paso adelante. Ojalá sus asesores den con la fórmula adecuada, justo que mañana martes el Jefe de Estado debe dar su acostumbrada rueda de prensa. Incorporamos aquí un aleccionador video de los bloopers de Buch y su equipo.
Los neologismos obligados
Ahora estamos hablando de descoronelizar aparentemente por segunda vez, vale decir retirar las estrellas de coronel a un oficial del ejército paraguayo que fue descoronelizado en primera instancia, es decir dado de baja, luego de ser condenado en la Argentina con 4 años de cárcel por el delito citado.se
Si le dan de nuevo de baja va a depender de una investigacion. Benítez Liseras se encuentra a disposicion del comando en jefe, mientras se aclara su caso.
El Presidente Fernando Lugo nos obligó a crear el neologismo “metepatismo” porque era preciso sintetizar en una palabra la conducta de meter la pata o errar y tratar de perseverar en esa actitud encerrándose en el silencio. Ahora hablamos de descoronelizar y recoronelizar, neologismos que las circunstancias nos obligan a crear.
No pretendemos tanto como que en su próxima reunión, la Real Academia de la Lengua Española acepte los nuevos términos y los incorpore a la nueva generación de diccionarios.
Aclaramos que ya hemos creado el término “platapotismo” como paraguayismo (término paraguayo que une un vocablo español “plata” y otro guaraní “pota” –léase potá- (desear) para designar la actitud de avidez desvergonzada hacia el dinero fácil.
Lo usamos para referirnos a ciertos periodistas que son capaces de vender su prédica y su conciencia por unos buenos billetes para favorecer causas que de otro modo no favorecerían.
Es decir, periodistas que ponen en venta su credibilidad para transferir ese valor a actitividades generalmente non sanctas o en todo caso con el propósito de volverse ciegos, sordos y mudos ante diversos tipos de tropelías, latrocinios, enriquecimientos ilícitos y afines, según el montante.
Curiosamente, Fernando Lugo cortó las alas al periodismo platapotista pero tras filosofar, decidió reorientar el platapotismo y satisfacer esa corriente periodística pero de un modo indiscutiblemente constructivo y mucho más sano.
Creó el premio “Santiago Leguizamón” dotado de 90 millones de guaraníes (unos 18 mil dólares) para trabajos de investigación periodística que penetren en el corazón de la corrupción y la hieran de muerte, al menos ese es el deseo.
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