lunes, marzo 16, 2009

Retrógrado informe de empresas periodísticas paraguayas en el encuentro de la SIP

(Foto del Diario La Nación)
La esencia de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) es la defensa de la libertad de expresión. En su reunión anual en Asunción, el informe presentado por los representantes paraguayos - carente de autocrítica-ignora ese principio y aplica una censura previa a la agencia informativa del gobierno y deja a la deriva el concepto de que el gobierno no tiene libertad de expresión lo que es un absurdo.

Si bien es cierto que hay aspectos reales e indiscutibles del informe aparece por ejemplo esta seccion en la que se señala que “no todas son noticias positivas, sin embargo, con el cambio de gobierno. Las nuevas autoridades impulsan proyectos relacionados a la comunicación y a la prensa que necesitan mucha mayor claridad en cuánto a sus alcances y sus mecanismos de aplicación”.
“Si bien el Presidente Fernando Lugo ha declarado en más de una oportunidad que “la libertad de prensa será respetada a rajatabla, nunca pondremos límites y no está en nuestro ánimo violar el derecho a la libre expresión”, lo cierto es que desde su Gobierno se vienen promoviendo acciones no suficientemente explicadas”.
“Ese es el caso, por ejemplo, del proyecto de trabajo a nivel nacional con más de 700 radios comunitarias y 1.000 jóvenes denominados “operadores de desarrollo”. Por sus características y objetivos, este “Programa de Comunicación para el Desarrollo” se asemeja más que a cualquier otra cosa a una enorme campaña oficial propagandística con ramificaciones en todos los departamentos del país”.

Meras conjeturas y recelos
El informe ignora que las radios comunitarias en Paraguay han sido muchas veces instrumento propagandístico del Partido Colorado, un aspecto que debe combatirse y cuando expone que “se asemeja más que a cualquier otra cosa…..(“más que a cualquier otra cosa” ¿?), no aporta ningún dato que sustente sus temores. Ninguno.
Un informe basado en presunciones, en expresiones del tipo “se asemeja más que a cualquier otra cosa…”, es un informe que en este punto puede ser tachado de cualquier cosa.

Pero sigue el informe sobre Paraguay: “No queda del todo clara tampoco la función que cumplirá la llamada Agencia Informativa del Gobierno que desde enero se encuentra accesible a través de Internet. La explicación oficial parece ser la necesidad del Estado de contar con presencia en el ciberespacio para llegar, de forma particular, a los miles de paraguayos que residen en el extranjero. Esta versión no resiste sin embargo el menor análisis ya que en Internet existen desde hace mucho tiempo publicaciones y voces independientes que informan minuto a minuto de la realidad en el país. Una vez más el propósito parece ser aquí hallar un canal más de difusión propagandística, con el disfraz de información periodística inocua”.

Más presunciones, más especulaciones, más enfoques del tipo “me parece que”, “un pajarito me dijo que”. La agencia funciona desde enero y estamos en marzo. Si es un instrumento de propaganda, debieron presentarse pruebas y no recelos o escrúpulos sobre probabilidades. Pero, ¿y la libertad de expresión del gobierno a través de una agencia propia? Si bastardea sus propósitos debe criticarse pero aquí el informe a la SIP no asegura que esté bastardeando sus objetivos sino que barrunta temores.

Ninguna autocrítica pero muchas críticas
La prensa paraguaya es tremendamente imperfecta y falsea informaciones, basa denuncias en supuestos erróneos y es natural que muchas veces los afectados por esas críticas cuestionen la irresponsabilidad de la prensa pero el informe absolutamente carente de autocrítica, critica que “Muchos de los integrantes del gobierno de Lugo parecen creerse inmunes a las críticas, a juzgar por la reacción que han tenido todos los partidos de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) salvo el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). En un comunicado han denunciado la existencia de una feroz campaña mediática destinada supuestamente a desprestigiar a Lugo y a su equipo de colaboradores más cercanos”.

Hace otra serie de cuestionamientos y concluye con que “la ciudadanía sabrá juzgar”.
Esperemos que si.

No hay comentarios:

Publicar un comentario