domingo, marzo 28, 2010

Es más complejo que gritar “Homofóbicos!” o “quieren mariconizar la Policía, el clero..!”

Un particular drama enfrenta en estos días el Vaticano en torno a casos de pederastía y homosexualidad protagonizados por prelados católicos. Es ese uno de los contextos en los que habría que abordar aspectos que se manejan en nuestro país y otras partes del mundo con relación al derecho que reclaman los homosexuales para ingresar en igualdad de condiciones a instituciones que se ocupan de la seguridad, el orden, la moral, etc.

Convengamos que nos encontramos ante una temática sobre la que tenemos que fijar posiciones y que tiene que ver además con el "derecho al matrimonio gay", "la adopción de niños por parte de los gay", asuntos que caen bajo el marco de la moral, la fe, la cultura, el modo de entender las relaciones humanas; valores y principios que nos gustaría preservar para nuestros hijos.
Se trata de asuntos delicados que no pasan sólo por una cuestión de simplemente ajustar la legislación.
Indudablemente el objetivo de toda sociedad debe ser generar una cultura de inclusión contraria a la segregación.
Estamos hablando de propender a que el sentimiento de proximidad, projimidad se instale en nuestros corazones. Sin embargo, la vida organizada de la sociedad nos ubica ante temas y desafíos que necesariamente tenemos que debatir.
En este debate hay otros aspectos muy profundos que a veces se quieren obviar etiquetando simplemente de “maricones” a unos y de “homofóbicos” a los otros

Los abusos
Las máximas autoridades del Vaticano y particularmente el Papa, son blanco de severos cuestionamientos que ponen en duda su credibilidad a raíz del ocultamiento de escándalos entre los cuales los más graves son los relacionados a abusos homosexuales y pederastas.
En las denuncias que están saliendo a luz tenemos los más claros testimonios de hechos que acontecen si se adoptan decisiones sin una profunda reflexión sobre las variadas aristas de un tema que es complejo y muy delicado por sus consecuencias.
Y me van a decir que también los sacerdotes heterosexuales provocan escándalos en la Iglesia. Es cierto pero preguntémonos si Fernando Lugo hubiera seguido siendo Presidente de la República si los escándalos que protagonizó, hubieran sido homosexuales.

¿Cinismo? Es más profundo que eso
Sería fácil decir que entonces es una cuestión de incoherencia y de cinismo de la sociedad. No.
Hay cosas que están mal pero hay cosas que están intolerablemente mal.
Reflexionemos.

1 comentario:

  1. Una columna muy poco objetiva, el empleo de la palabra intolerable lo revela. Gracias

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