sábado, marzo 11, 2006
Promesas presidenciales ante Dios y la Patria
El Presidente Nicanor Duarte Frutos está a punto de vaciar de contenido su discurso pronunciado el 15 de agosto del 2003 -cuando asumió la primera magistratura- para convertirlo en un mero depósito de palabras y mentiras. Comenzando con su solemne juramento de “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes y si así no lo hiciere, Dios y la Patria me lo demanden”, otros compromisos que contrajo ante el pueblo paraguayo, están siendo olvidados y vamos a tratar de que relea su discurso antes de cometer el error de pisotear la Constitución.
Hemos buceado y rescatado algunas promesas formuladas por Nicanor aquel 15 de agosto y venimos a compartirlas aquí con todos ustedes:
Para empezar, explicó a la nación por qué debía confiar ciegamente en él: “Vengo del Paraguay profundo, de ese Paraguay que sufre y tiene fe en el porvenir; por eso mi compromiso con la patria tiene la intensidad del sentimiento popular, la contundencia de la palabra empeñada y el valor testimonial del sacrificio por las causas populares”.
El “guiño cómplice” de la Justicia
¿Qué les parece este compromiso que ha decidido ahora pisotear: ‘‘No podemos seguir con una justicia que cierra los ojos para los débiles y hace un guiño cómplice a los que más tienen. Es injusto que continúe esta escandalosa inequidad’’.
Entre los grandes objetivos que anunció y que ahora se convirtieron en alfombra que se empecina en ubicar bajo la suela de sus zapatos, está: “Recuperar la confianza en las instituciones y en sus autoridades. Esto implica un nuevo modelo de liderazgo y de gerenciamiento público para ganar eficiencia y equidad”.
Ojo con lo que prometió señor Presidente
“Compatriotas: el gobierno que toma el timón de la patria viene para no defraudarlos. Llega para realizar grandes cosas y para levantar al país en un sitial admirable y sostenido de desarrollo”.
“Basta de desencanto ante tantas promesas incumplidas y ante la fe traicionada. Sabemos qué hacer y lo vamos a hacer, porque tenemos la fortaleza espiritual, la determinación política y la capacidad intelectual para sacar adelante a la nación, para romper con ese círculo de quietismo e ineptitud que por décadas nos alejó del horizonte del mañana y de la visión del futuro. La patria construida es la herencia que dejaremos a la posteridad, a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. De esta magna tarea surgirá para todos un país mejor”.
No se olvide de lo que dijo Presidente Nicanor
“No venimos para cambiar a una claque de poder y sustituirla por otra
para repetir la historia. No. Venimos sí para cambiar la historia de la República del Paraguay”.
“No voy a defraudar a la sociedad paraguaya, la que a pesar del marcado deterioro social y económico supo entender el valor de la democracia, un pueblo que a pesar de las carencias, entendió el valor de la democracia y lo defendió en horas trágicas”.
Haga realidad su sueño Señor Presidente
“Mí sueño es limpiar el nombre de la República. De ahora en adelante, por el poder de Dios y la voluntad moral de la patria, se hablará del Paraguay en positivo, ocupando los primeros lugares en el ranking de la eficiencia y de la honestidad”.
Si ese es su sueño señor Nicanor Duarte Frutos, por favor, no lo convierta en una pesadilla para la sociedad.
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Fuente: Archivo de discursos presidenciales de la web de la Presidencia de la República. Lea más>>
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