miércoles, marzo 22, 2006

Jugador italiano de fútbol dicta una brillante cátedra de ética a Nicanor Duarte Frutos

Nicanor Duarte Frutos prometió meter un gol con la mano. Contra las normas del fútbol, lo hizo así y cuando todos esperábamos que los árbitros anularan la jugada que a todas luces estaba viciada de nulidad, convalidaron el gol. Pisotearon las reglas de juego. La sociedad civil se organiza para mostrar la tarjeta amarilla y pedirá la roja del juicio político. En estos días, Daniele de Rossi, un jugador de alta competencia en la liga italiana de fútbol, metió un gol con la mano y él mismo, pidió inmediatamente al árbitro que anulara la jugada. Sin saberlo, estaba dando una lección de ética y moral a Nicanor.

Las informaciones giran el mundo una y otra vez. Daniele de Rossi, futbolista de la Roma de la primera división italiana de balompie, no para de cosechar elogios. El delantero, confesó la forma ilícita en que utilizó la mano para convertir un tanto y logró revertir el fallo del árbitro que ya había convalidado su gol. Su equipo ganó, por lo que no se sabe cual habría sido la reacción de sus compañeros en caso contrario.
Según los reportes internacionales, rivales, público, prensa y el propio árbitro se sumaron al coro de elogios para el delantero de la Roma Daniele de Rossi, que en minuto 35 del encuentro que su equipo le ganó al Messina por 2 a 1, logró que anularan un gol que había convertido con la mano y no con la cabeza como incluso lo creyó el referí.
La acción ilícita no había sido advertida por el árbitro y sus compañeros empezaron a festejar, mientras que los jugadores del Messina aún no iniciaban su reclamo. Sin embargo, De Rossi bajó la cabeza y encaró al árbitro del partido, al que le comunicó que el gol había sido logrado ilícitamente. Señalan como una paradoja del destino que en medio de los elogios y su ensalzamiento como ejemplo de Juego Limpio, De Rossi abandonó el campo de juego con una lesión en el tobillo que lo tendrá al márgen de las canchas el próximo fin de semana.
"No pensaba que pasaría todo esto, creo que hice lo que debía por mí mismo, mis compañeros y mis rivales", dijo el bueno de De Rossi. Claro que sus declaraciones fueron en el marco de la victoria de su equipo y no en el entretiempo, cuando el partido no estaba definido y algún compañero lo miraba de reojo.
De Rossi ni se imaginaba que con su gesto estaba dando una lección de ética y moral al Presidente Nicanor Duarte Frutos que si fueramos a buscar semejanzas futbolísticas de su pisoteo a la Constitución, digamos que anunció con antelación que haría un gol con la mano, vale decir contra lo que permiten las reglas de juego.
Efectivamente, tal como amenazó, metió el gol con la mano y así lo vieron el público, los árbitros, la televisión que repitió una y otra vez la jugada. Contra viento y marea festejó su gol tramposo con fiestas y abrazos y a quienes lo silvaban desde las gradas, los trató de embusteros y envidiosos.
El tribunal de justicia deportiva dijo que el gol de Nicanor fue legal pese a las pruebas televisivas, y sólo cuando el público organiza una serie de manifestaciones para pedir la anulación del gol y la sanción de Nicanor, este jugador se digna a reconocer su error pero ya luego de capitalizar los puntos con un gol nulo. Ese gesto, a todas luces mezquino y carente de sinceridad, no aplaca la bronca del público que prepara una marcha par el próximo 29 de marzo hacia la Plaza de la Democracia para reclamar la sanción de los jueces que convalidaron el gol y del "goleador".
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1 comentario:

  1. El paralelismo es interesante, pero, sin embargo la cancha es diferente.


    La administración de un país es mucho mas importante que un partido de futbol, y a la vez mucho mas poderosa. Con eso no quiero desprestigiar la calidad de importancia del fútbol, pero, el poder hace más caradura a quienes lo poseen.

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